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“Mis raíces vienen de ser una trabajadora de hogar. Lo llevo en la sangre. Mis raíces vienen de la historia de quién soy. Es un árbol. Tengo raíces.”

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“Cuando eres sincera, puedes verlo crecer. Sucede con las personas, los movimientos, la historia, y nuestro legado.”

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De la misma manera que las raíces de un árbol se hunden más profundo para dar sustento a sus ramas, Betsy ve su papel como algo que continua echando agua y atendiendo a ese legado de cuidado que le fue heredado de sus ancestras.

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A través de su trabajo y su rol en Soñamos en Negro, Betsy está comprometida a nutrir y cuidar ese legado, asegurándose de que las semillas que sus ancestras sembraron, continúan creciendo fuertes para las futuras generaciones.

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Fotografía por Braylen Dion

Betsy Tyler, una trabajadora de cuidado originaria de Buffalo, Nueva York, reside ahora en Charlotte, Carolina del Norte, continuando un legado de cuidado transmitido de generación en generación. Sus raíces se remontan a Spartanburg, Carolina del Sur, donde vivieron su madre y su abuela, lo que hace que su trayectoria en el trabajo de hogar sea profundamente personal y esté arraigada en la historia familiar.
Betsy comenzó su carrera a los 16 años como asistente de enfermería certificada (CNA), atraída por el trabajo durante una época en la que había escasez de cuidadores. “Estaba en mi sangre”, dice ella, reconociendo que cuidar de los demás siempre ha sido una parte natural de su vida. Su madre también se desempeñó como trabajadora de cuidado, además de lidiar con varios trabajos diferentes, desde hacer medias en una fábrica hasta cocinar en hogares de personas mayores, todo al mismo tiempo que cuidaba de otros familiares. La abuela de Betsy, nacida en 1910, se mudó a Nueva York para trabajar como trabajadora de hogar viviendo en el hogar de su empleador para mantener a sus ocho hijos, dejándolos mientras viajaba para trabajar como madre soltera.
“Cuando eres sincera, puedes verlo crecer. Sucede con las personas, los movimientos, la historia, y nuestro legado.”
Aunque Betsy nunca vio trabajar a su abuela, escuchó historias sobre su fuerza y resiliencia. Su abuela, como muchas mujeres negras de su época, acudía a las agencias locales, sin saber adónde la enviarían a trabajar, sabiendo que la mayoría de los empleos serían de trabajadora de hogar, trabajadora de limpieza, o niñera. A pesar de estos desafíos, ella proveía para sus hijos de la mejor manera que podía y mantenía una profunda conexión a su legado familiar. Betsy recuerda cómo su abuela pasaba tiempo en el jardín: una de las cosas que le daba más alegría. “Ella siempre estaba trabajando en el jardín”, recuerda Betsy con cariño. A menudo ayudaba a su abuela a recoger melocotones, fresas y manzanas, recuerdos que conserva en su corazón. Este amor por el cuidado y el cultivo de las cosas es paralelo al cuidado que su abuela daba a su familia, y es una conexión que Betsy atesora.
De la misma manera que las raíces de un árbol se hunden más profundo para dar sustento a sus ramas, Betsy ve su papel como algo que continua echando agua y atendiendo a ese legado de cuidado que le fue heredado de sus ancestras.
La familia de Betsy está al centro de su vida. Ella es la madre orgullosa de cinco niños: Doreen (38), Dorian (34), Darien (29), sus hijas gemelas Jaida and Jenai (21). Ella también tiene cuatro nietos: dos niñas y dos niños. “Mis hijos son mejores que yo, mejor de lo que yo vi”, dice ella con orgullo, reflexionando sobre cómo tres de sus hijos fueron a la universidad, y que todos ellos terminaron la escuela. Las dificultades que su madre y abuela enfrentaron, inspiraron a Betsy para impulsar a sus hijos hacia el éxito, determinada a darles mejores oportunidades.
En su retrato, Betsy aparece sola, pero la presencia de su familia se siente profundamente. Ella lleva consigo fotos de su madre, una flor del jardín de su abuela, y los recuerdos de una familia arraigada en el cuidado. La abuela de Betsy, quien trabajó duro para criar a sus hijos sola después de que su esposo se fue, simboliza la fortaleza e independencia que Betsy se esfuerza por personificar. “Mi abuela tenía que hacer lo que pudiera para proveer para sus hijos, de la misma manera que mi madre lo hizo por nosotros”, dice ella. La madre de Betsy también balanceaba el trabajo de cuidado con la crianza de sus hijos, contando con la ayuda de sus hermanas cuando ella no podía estar ahí, una historia que Betsy conoce demasiado bien.
La relación de Betsy con Soñamos en Negro (WeDiB) comenzó inesperadamente cuando siguió a unas amigas a una reunión en Charlotte. Ella encontró una comunidad de mujeres que compartían sus experiencias. “Yo no estaba acostumbrada a que las personas estuvieran preocupadas o fueran abiertas sobre experiencias similares”, dice. Ella explica cómo la calidez y empatía que encontró en WeDiB era diferente de lo que había conocido antes. “Me aferré al grupo. Nunca lo olvidaré”.
“Mis raíces vienen de ser una trabajadora de hogar. Lo llevo en la sangre. Mis raíces vienen de la historia de quién soy. Es un árbol. Tengo raíces.”
Para Betsy, brindar cuidado es más que una profesión: es un llamado que está profundamente conectado a su legado familiar. “Mis raíces vienen de ser una trabajadora de hogar”, dice ella. “Lo llevo en la sangre. Mis raíces cuentan la historia de quién soy. Es un árbol. Tengo raíces”. Reflexionando sobre el amor de su abuela por la jardinería, Betsy compara el acto de cuidado con plantar semillas que crecen como algo hermoso. (2) “Cuando eres sincera, puedes verlo crecer. Sucede con las personas, los movimientos, la historia, y nuestro legado”.
Para Betsy, esta conexión con sus raíces va mucho más allá de lo físico: es espiritual. “Soy una mujer espiritual”, dice ella, hablando sobre su creencia en cuidar de las semillas plantadas por aquellas personas que vinieron antes de ella. (3) De la misma manera que las raíces de un árbol se hunden más profundo para dar sustento a sus ramas, Betsy ve su papel como algo que continua echando agua y atendiendo a ese legado de cuidado que le fue heredado de sus ancestras. “Creo que los árboles crecen y expanden sus ramas en hojas hermosas, siempre y cuando se les de agua. Esta espiritualidad guía su trabajo, recordándole que cuidar de los demás es más que un trabajo: es un deber sagrado, un reflejo de amor, fe, y crecimiento.
A través de su trabajo y su rol en Soñamos en Negro, Betsy está comprometida a nutrir y cuidar ese legado, asegurándose de que las semillas que sus ancestras sembraron, continúan creciendo fuertes para las futuras generaciones.
A través de su trabajo y su rol en Soñamos en Negro, Betsy está comprometida a nutrir y cuidar ese legado, asegurándose de que las semillas que sus ancestras sembraron, continúan creciendo fuertes para las futuras generaciones. Para ella, el acto del cuidado es tanto una profesión como un llamado espiritual: uno que florecerá en las vidas de aquellas personas que sigan su camino.